martes, 17 de abril de 2012

Ahora la madre soy yo reloaded


A pesar del coctail de emociones que estoy viviendo, o quizás producto de ello, estoy también pasando por una sequía inspiracional con respecto al blog. No consigo hilar más de dos ideas que juntas sean coherentes, por ello os cuento un popurrí de emociones por si alguien puede tener algún interés en mis últimas vivencias.

- Las últimas semanas de embrazo han sido algo duras, me he sentido pesada, expropiada de mi cuerpo, nerviosa y muy ansiosa. 

- Parir una segunda vez ha sido un verdadero camino de rosas, comparado con mi primera experiencia, aunque saber lo que me esperaba no ha sido un consuelo, todo se ha suplido por la rapidez con la que se han precipitado los acontecimientos, en apenas 5 horas todo había acabado. Además, haberme preparado de diversas formas me ha servido de asidero emocional para enfrentar esta circunstancia con cierta solidez.  

- Tener una segunda experiencia como madre es una ocasión para enmendar errores, pero está visto que voy a tener que parir un tercer hijo para arreglarlo todo, porque sigo detectando fallos en mí y en las circunstancias que me rodean.  

- Criar con las entrañas, como estoy haciendo con mi primer hijo, es a veces complicado, porque está visto que no siempre se entiende. Afortunadamente, las cosas han cambiado desde que parí la última vez, hace sólo 3 años y medio, pero aún hoy existen ginecólogos osados que opinan sobre crianza, enfermeros bien intencionados o auxiliares redichas que siguen pensado que a mi niño hay que educarlo a dormir y comer al antojo de adultos muy estrictos. Ahora ya sé pasar un poco más de sus opiniones y mantenerme fuerte en lo que yo siento y he llevado a la práctica - no sé si con éxito, pero sí con satisfacción.

- Un amigo nuestro nos dijo que lo más difícil de tener dos hijos era ser ecuánime, justo con ambos. Sinceramente lo estoy viviendo en esta primera semana de vida de mi chico. No quiero dejar de hacer con él lo que hice con su hermano, quiero que ambos se sientan igual de queridos, sin agravios. El hecho es que no sé si son las circunstancias, nuestra experiencia o la propia personalidad de mi chico – al que siento más independiente que a su hermano – pero las atenciones ya no están siendo las mismas, ni siquiera las expectativas que tenemos sobre él. 

- Me siento más madre que nunca, muy feliz de mis dos niños. Algo de oxitocina se ha tenido que alojar en no sé que parte de mi ser porque estoy contenta y tranquila, a pesar de las circunstancias de tener dos niños en casa. Tengo dos niños preciosos, guapísimos, simpáticos y buenos, y me siento muy contenta por ello... y un marido, que casi vuelve a fumar después del trago de parir por segunda vez, que es más bueno que todas las cosas.